Cuando un candidato se encuentra en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales, se pueden generar muchas emociones: desde la expectativa y entusiasmo por emprender un nuevo desafío, hasta tristeza, miedo, ansiedad o estrés cuando no logramos los objetivos planteados en un mediano o largo plazo. Nuestras emociones son reacciones naturales ante un estímulo o situación e impactan en nuestras actitudes y comportamientos. Por tanto, estas pueden impulsar nuestro propósito o interferir en el mismo.
Aquí te brindamos algunas recomendaciones para que puedas gestionar tus emociones en tu proceso de búsqueda:
1. Entiende de que es un proceso: La inserción a un nuevo puesto de trabajo puede demorar meses. Es por ello que debemos ser conscientes que la búsqueda es un proceso que requiere de esfuerzo, disciplina y paciencia. Mientras más perseveremos en el camino e identifiquemos diferentes posibilidades, hay mayor probabilidad de lograr nuestros propósitos.
2. Identifica y acepta tus emociones: En algunas ocasiones, tratamos de evadir algunas emociones porque las consideramos displacenteras o negativas, o incluso, nos avergüenza reconocerlas. Sin embargo, es imprescindible identificarlas, entender por qué se presentan, reconocer qué información nos están brindando y detectar cuándo es necesario regularlas. Nos podemos preguntar: ¿qué siento con respecto a mi proceso de selección?, ¿qué emoción surge cuando me voy a presentar en una entrevista de selección?, ¿esta emoción me está ayudando a generar una impresión precisa de mi como persona y profesional? Esta autoevaluación te permitirá reconocer los momentos en los cuales debes intervenir para regular tus emociones.
3. Descubre tus estrategias personales para autorregularte emocionalmente: Es importante estar atentos a nuestras emociones e identificar la intensidad de las mismas, de manera que podamos detectar si es que se requiere regularlas para evitar que generen un impacto contraproducente en nuestro performance. Cuando estemos en estas situaciones, podemos aplicar alguna técnica o acción que nos ayude a regularnos emocionalmente. Por ejemplo: podemos realizar ejercicios de respiración cuando nos sentimos ansiosos o tensos o cuestionar nuestros pensamientos poco realistas ya que estos nos generen inquietud. No hay una fórmula que resulte igual para todos, por lo que es imprescindible que identifiques aquellas que puedan funcionar mejor para ti.
4. Toma el “no” como una oportunidad de aprendizaje: Debemos recordar que pueden haber diferentes razones por las cuales no hemos sido seleccionados para una posición en particular. Si bien esto nos podría conllevar a sentir frustración o decepción, podemos enfocarnos en identificar nuestros aciertos y oportunidades de mejora de nuestra participación, para tomarlas en cuenta para nuevas postulaciones.
5. Recuerda tus fortalezas y tu red de apoyo en los momentos difíciles: Cuando te sientas desanimado por no lograr tus metas en cuanto a tu inserción laboral, es importante motivarnos recordando nuestras fortalezas a nivel personal y profesional, desarrollar nuevas habilidades que nos permitan ser más empleables o también nos puede aliviar conversar con personas que nos puedan apoyar y sostener emocionalmente. Asimismo, puedes darte un tiempo para descansar y retomar tu búsqueda con un nuevo impulso. Recuerda que es tu proceso y es importante llevarlo a tu propio ritmo.
Esperamos que estas recomendaciones puedan ayudarte en tu desarrollo profesional y en tu búsqueda laboral. ¡Adelante!